Si finalmente
una cortina de viento
desnuda los espacios de tu cuerpo
sin esquivar mis ojos:
Olvidaré la forma de la palabra escrita
ocualtaré tu nombre bajo mi lengua
cubriendote con sombras sedientas.
Mis dientes serán la prisión
de los ojos del universo
mientras seguimos desnudos
incentivando rumores en la boca de la luna llena
en el grito de una calle desolada
y en la base de una cruz de cabeza.
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