martes, 8 de abril de 2008

Canción


Esta canción formó parte de mi primera aparición en tablas cuando estaba en el colegio.

En primaria, creo que fue en primer grado, porque recuerdo que nos acompañó la profesora Soledad Lopez Ramos cuya hija era (y debe seguir siéndolo) bellísima y tendría ella solamente 9 años y yo 6. Era una chica bella y mayor que yo y la amé en ese instante.


Pero volviendo a la canción. Pues no enseñaron esta canción que de vez en cuando viene a dar vueltas en mi cabezuña y recuerdo que todos eramos un coro, dispuestos detrás del niño estrella que, me imagino, tendría una voz especial a la del resto porque era quien iba adelante y daba algunas voces en solo. El era (y espero que siga siendo) Hans Huerto Amado.

Me parece que he leído unos artículos en el diario El Comercio escritos por él. Salvo que se trate de su Homónimo.


En todo caso, no tengo más que recordar salvo la letra de la canción, que cual cachivache mental, ahora traslado a vuestras pantallas, para la posteridad o su absoluto olvido. Y dice así:




Amar es entregarse,
olvidándose de sí,
buscando lo que al otro,
puede hacer feliz.

¡ Qué lindo es vivir para amar !
¡ Qué grande es tener para dar!
Dar alegría, felicidad,
darse uno mismo, eso es amar.

Si amas como a tí mismo
y te entregas a los demás
verás que no hay egoísmo
que no puedas superar.


¡ Qué lindo es vivir para amar !
¡ Qué grande es tener para dar !
Dar alegría, felicidad,
darse uno mismo, eso es amar.
La chica de la foto es una de esas personas que vive para amar. Es como una brisa, entre tantas otras brisas que un día conocí.

No hay comentarios: