miércoles, 19 de marzo de 2008

Fernando Pessoa


El 1 de Febrero de 2004. Mi amigo César envió un correo diciendo:

Bueno bueno tios, qué bien que a algunos de ustedes les haya gustado el poema de César Calvo que les mandé hace unos días. Pero, lamentablemente para ustedes, hoy no me siento tan optimista como seguramente se sintió Calvo cuando escribió el poemita ese. Así que he tomado la muy arbitraria decisión de jalarlos al hoyo conmigo. Y para eso... nada mejor que un refrescante poema existencialista bien heladito, como pide el verano. Este de acá es uno de Fernando Pessoa (suponiendo que en realidad se llame Fernando Pessoa, porque tenía tantos nombres que uno nunca llega a estar seguro). El que lo entienda, no se sentirá igual cuando haya terminado de leerlo. El que no lo entienda, páseme la voz para NO MANDARLE MÁS HUEVADAS PE SI NO ENTIENDEN, POR LAS HUEVAS!!!!

Por favor, no se maten.
Y si se matan, que les duela.

C-sar.


el poema es:
Tabaquería- Alvaro de Campos (Fernando Pessoa)


No soy nada
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de eso, tengo en mi todos los sueños del mundo.
Ventanas de mi cuarto,
de mi cuarto de uno de los millones de gente que nadie sabe quién es
(y si supiesen quién es, ¿qué sabrían?)
dais al misterio de una calle constantemente cruzada por la gente,
a una calle inaccesiblemente real, evidente, desconocidamente evidente,
con el misterio de las cosas por lo bajo de las piedras y los seres,
con la muerte poniendo humedad en las paredes y cabellos blancos en los hombres,
con el Destino conduciendo el carro del todo por la carretera de la nada.
Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad.
Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morirme
y no tuviese otra fraternidad con las cosas
que una despedida, volviéndose esta casa y este lado de la calle
la fila de vagones de un tren, y una partida pintada
desde dentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios y un crujir de huesos a la ida.
Hoy me siento perplejo, como quien ha pensado y opinado y olvidado.
Hoy estoy dividido entre la lealtad que le debo
A la tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.
He fracasado en todo.
Como no me hice ningún propósito, quizá todo no fuese nada.
El aprendizaje que me impartieron,
me apeé por la ventana de las traseras de la casa.
Me fuí al campo con grandes proyectos.
pero sólo encontré allí hierbas y árboles

(continuaría pero son tres hojas... y no pienso tipearlo todo. Así que si alguien disfrutó de esas líneas, vaya a Google que ahí está todo y no en las páginas amarillas, como dicen)

1 comentario:

indecible dijo...

A mí me encanta Fernando Pessoa, esta especie de Kafka a la portuguesa. Saludos.