Como este hay varios e incluso el orden no responde necesariamente a una cronología en la que fueron escritos. Pero sí ocurre que en la medida que van siendo escritosen este blog, los papeles donde fueron escritos, van, en ese orden, al tacho de la basura.
Sobre esta misma línea descansó una sola mujer desnuda.
Desde aquí soltó cada uno de sus perfiles
hasta volver a cerrar los ojos.
Por esta otra se hicieron telares de cada ovillo de sus cabellos.
Así: mujer, perfiles, cabellos. Todo sencillamente.
No quiso llamarse sirena, diosa, constelación, ensueño, ni poesía.
Me dijo su nombre al oido.
Dejé caer en ella toda mi libertad.
Ahora me asalta de esquina en esquina
de pared en pared
de noche a madrugada
de su casa a la mia
de su huerto a mi tumba
de su palacio a mi ruina
Desde lo más alto de esa montaña donde he decidio refugiarme para fingir que jamás la he visto,
hasta el último momento de esta línea desesperada y tan cómoda como un mál final.
Tan desesperada y cómoda como mi incertidumbre.
Cómo como ella sola,
desnuda de mi tiempo
desnuda de mi recuerdo
desnuda de mis palabras,
sencillamente.
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